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Una familia y 500 euros

Cómo se quedaron sin casa

En 2003 la burbuja inmobiliaria cogía carrerilla. A Ángel Luis Iglesias, albañil autónomo, separado y con dos hijas, no le faltaba trabajo y su recaudación mensual rondaba los 3.000 euros. Por aquellas fechas, Marcia Maribel Barahona decidió cambiar Quito, en Ecuador, por Colmenar de Oreja, un pueblo situado al sur de Madrid. Un mes después, Marcia conoció a Ángel Luis y ahí empezó una relación que dos años después acabaría en boda. Se trajeron a los dos hijos más pequeños de ella a España. La estabilidad laboral de su marido hizo que Marcia montara una peluquería en el pueblo.

 

Después de que el 2 de julio de 2011 Ángel Luis y Marcia dejaran obligados la casa en la que habían depositado todos sus ahorros, la situación continúa igual para ellos. Siguen sin trabajo. Aparte de los 518 euros que reciben (de los que 400 euros se les van en pagar el alquiler de su nueva casa) de la Comunidad por tener dos hijos menores de edad, sobreviven en gran parte gracias a la caridad. Los niños, de 13 y 14 años, ya no quieren estudiar. Ambos han repetido curso. «¿Para qué vamos a estudiar si no hay futuro?», cuenta  Marcia que le dicen. Ahora, cada dos miércoles, la familia acude a la delegación de Cáritas en Colmenar de Oreja que les proporciona un carro de la compra básico.                                                                           Por J. P.   

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