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«Reunirse con el banco fue como sentarse con la mafia»

​La historia de María José comienzó en el año 2005, cuando tomó la decisión de avalar a su compañero sentimental en un préstamo que él pidió a la CAM (Caja de Ahorros del Mediterráneo), por valor de 157.000€. En el momento de pedirlo, él tiene embargada la nómina, además de otras deudas. Por ese motivo hasta 5 bancos les denegaron el préstamo. Sin embargo, la CAM lo concedió.


Para 2008, y coincidiendo con el máximo histórico del Euribor (5'4%), la cantidad mensual que su compañero debe abonar se ha disparado. De los 600 euros que debía pagar en un principio se pasa a recibos de más de 1.200 euros. María José insta a su compañero que deje de pagar las cuotas que le pide la CAM: «No quería que estuviese trabajando para que luego todo se lo llevase el banco».

La deuda asciende por entonces a 240.000€, casi el doble del préstamo concedido inicialmente. La suerte estaba echada para María José y su familia, el piso en el habían vivido toda la vida avalaba una enorme deuda, fruto de un crédito con intereses tremendamente leoninos para un cliente en una situación financiera muy complicada.

 

«Estuve a punto de no firmar. La reunión con el banco fue como sentarse con la mafia».

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