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​En 2009 se constituyó el Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), para supervisar la conversión de las cajas de ahorro en bancos y contribuir a reforzar los balances de  las entidades de crédito. Para ello, contó inicialmente con 9.000 millones de euros, de los que el Estado aportó 6.750 millones de euros, y el Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) otros 2.250. Posteriormente, esta cantidad se amplió en 6.000 millones adicionales



Según el Servicio de Estudios de la Caixa, las recapitalizaciones directas han supuesto más de 14.500 millones el Estado, utilizados en ocho entidades financieras: BFA-Bankia, Catalunya Caixa, Novacaixagalicia, Banco de Valencia, BMN, Caja España-Duero, Banca Cívica y Caja Sur.



A ello hay que sumar los más de 41.000 millones de euros de dinero público que se han comprometido en la creación de la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria, la Sareb o «banco malo».

Las ayudas a la banca 

En junio de 2012 Europa anunció que ofrecería a España un apoyo en forma de préstamos de hasta 100.000 millones de euros para sanear el sistema financiero nacional a través del FROB.

Dicha ayuda, que se articula a través del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) y que será inyectado por el FROB, asciende a 41.000 millones de euros: 17.959 a BFA/ Bankia; 9.084 a Catalunya Caixa; 5.425 a Novacaixagalicia; 4.500 a Banco de Valencia; 730 a BMN; 604 a CEISS; 407 a Caja3 y 124 a Liberbank; además de una aportación de 2.050 millones a la Sareb.  



 

El dinero del Estado

El dinero de la UE

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